martes, 25 de marzo de 2008

Flujo matutino de subconsciencia

La idiosincrasia chilena rebasa los límites cada día. Repara en una larga lista de particularidades, pero me ha interesado una en especial. El famoso canto del cumpleaños; en el cuál nunca nadie se ha puesto de acuerdo en cómo le van a "llamar" al cumpleañero. ¿Quién sería capaz de instantes antes de cantar el cumpleaños feliz, ponerse de acuerdo con el público presente en la parte de la canción "cumpleaños ...xxx, que los cumplas feliz"?, por el contrario, ya es una tradición que los apodos "poly", "paulita", "shika","polita", "paulinita", y una que otra coprolalia, se entrecruzen de manera distorsionada, "perfeccionando" el "defecto" aún más. Siempre al margen de la opinión de dejarlo tal como está o no.

De cualquier forma, como mencioné en el principio, este tipo de cultura shilensis ha echado raíces profundas en el corazón y mente chilenos. Sería muy difícil sacar de la cabeza cosas que por costumbre se han aprendido y han sido codificadas para siempre.

(Recordar que cualquier opinión emitida en este blog, es completa responsabilidad de quién ha de emitirla, respondiendo en tales casos necesarios en que se acredite.)

El chileno de hoy, abúlico y pernicioso por inercia, ya ha descartado la utopía del mundo mejor y las luchas diarias por él, está cansado y echado al pozo. No quiere asomarse, ni ver que hay afuera. Es "feliz" así, digamos que en la medida de lo posible. Ya no le cuenta cuentos de Hadas a sus hijos porque temen que sus matrimonios fracasen al igual que el de ellos, por tener la idea de arquetipo "príncipe azul" o "princesa". Las agresiones psicológicas y el famoso bouling infantil acaban destruyendo la visión a futuro del infante. Como periódicamente se escucha que los niños son crueles en su infancia, (yo diría que hay niños que tardan décadas en madurar) se cree que estos comportamientos se mantienen en los márgenes de la normalidad, ignorando los suicidios infantiles y depresiones adjuntas.

Así, los que poseen la verdad; como lo son los borrachos, los locos y los niños, son sometidos a reestructuramiento de información; los borrachos son rehabilitados, los locos son internados y los niños son educados. Con el fin de mantener el comportar políticamente correcto.

No se puede confiar ni en curas, ni alcaldes, ni padres , ni familia. Lo que tememos asegurado por una eternidad, resulta que no era ni la sombra del referente que teníamos.

Diarios, medios visuales, monopolio económico entre otros es manejado por corruptos y criminales con plata. En todo caso no vienen tiempos mejores, ni este blog hablará de maravillas, a menos que mi estado no sea el sobrio.